Los residentes desempeñan un papel fundamental en la prestación de atención médica, en su período de formación. A medida que asumen más responsabilidades clínicas, surge la necesidad de comprender las implicaciones legales y éticas de su trabajo.
Delimitar la responsabilidad médica es una tarea compleja y dificultosa habitualmente. Esa dificultad se multiplica en el MIR, ya que hay que atender a tres posibles responsabilidades:
- La del MIR, ya de por sí más difícil de delimitar que la del adjunto, por la inseparable función docente que lleva asociada.
- La del tutor o adjunto, según supervise o no.
- La Administración u organización del servicio, según permita o no determinadas actuaciones sin supervisar a los residentes.
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