El conocimiento sobre el cerebro avanza a ritmo vertiginoso. Hoy en día, se puede leer (registrar, decodificar) y modificar la actividad cerebral/neuronal con tecnologías. Esto ya se ha hecho en animales de laboratorio y se consigue variar su conducta. También se ha realizado en humanos con enfermedades, como el parkinson y la epilepsia, y se producen cambios conductuales (terapéuticos o efectos adversos). Además, se ha hecho en humanos sanos, aplicando estímulos magnéticos en su cráneo o pequeñas corrientes eléctricas en la superficie cerebral, lo que provoca cambios en su conducta (actividad motora, cognitiva y emocional) de modo transitorio. Es probable que, a medida que la tecnología avanza, se pueda llegar a identificar, definir y manipular las redes cerebrales de modo más preciso.
Entonces, ¿cabe concluir que en unos pocos años, será posible manipular nuestro cerebro a voluntad, leer nuestros pensamientos, modificar nuestras conductas, aumentar (o reducir) nuestro rendimiento cognitivo y mejorar (o empeorar) nuestras emociones? Algunos neurocientíficos lo ven muy posible y, de hecho, proponen instituir unos derechos que preserven nuestra función cerebral y nos protejan de la manipulación. Otros, más escépticos, consideran que la conclusión es demasiado precipitada porque la complejidad del cerebro es una barrera para su manipulación de modo seguro, sin efectos adversos.
El cerebro es el paradigma de la complejidad y posee propiedades típicas de sistemas complejos. Posee un número elevado de componentes: 86.000 millones de neuronas (10 veces los habitantes del planeta) con trillones de conexiones. Se organiza en una intrincada y enmarañada red de vecinos (los circuitos neuronales), flexible y dinámica en función de un plan general genético y un plan de desarrollo neuronal a lo largo de la vida, personalizado y basado en la experiencia. Sus componentes interactúan de modo constante y dan lugar a la emergencia de nuevas funciones (¿conciencia?, ¿inteligencia?). La vida es más compleja que la lógica y la ingeniería.
En la charla se describe esta complejidad que sustenta las funciones cerebrales y dificulta su manipulación con la precisión requerida y se comentan las implicaciones en la salud cerebral.
Ponente
Gurutz Linazasoro. Neurólogo. Fundador y Presidente Ejecutivo de VIVE bioTECH SL, compañía biotecnológica dedicada a la producción de vectores virales para terapias génicas. Director del Programa de Terapias Avanzadas en Parkinson y Alzheimer en Policlínica Gipuzkoa donde realizan ensayos clínicos con fármacos de vanguardia. Director de La Casa del Cerebro. Miembro de la Junta Directiva de ASEBIO y del Basque Health Cluster.
Metodología
La charla realizará en modalidad presencial en el salón de actos del Colegio de médicos y habrá la posibilidad de participar mediante Streaming, en formato de Seminario Web.
- PRESENCIAL: En el salón de actos hasta completar aforo.
- ONLINE se retrasmitirá vía ZOOM. Inscríbete para recibir el enlace a la charla online:
INSCRIPCIÓN